- Hola, ¿esto es el cielo? Me gustaría hablar con mi abuelo.
+ Sí, enseguida, ¿qué quiere decirle?
- Quiero decirle que le echo de menos, muchísimo. Que quizás nunca le dije 'te quiero', pero lo mío es querer en silencio. Que no demostré nunca cariño hacía él, pero que es, fue y será, el mejor abuelo del mundo. Que no hay un maldito día en el que no piense en él, que lo llevo siempre, siempre conmigo y que sé, que allí dónde esté, se acordará de mi, tanto como yo de él.
También dígale que me espere, que esté allí con yaya, que me esperen juntos, que subiré algún día y podremos estar juntos.
Dígale que siempre le quise, aunque no se notara mucho, le quise, y todavía le quiero, como el primer día. Podría decirle también, que me acuerdo perfectamente, de todos aquellos días en los que nos traía Huevos Kinder, nos llevaba al parque y nos puntuaba la forma en la que nos tirábamos del tobogán.
Y por favor, no olvide decirle, que le quiero, que hay millones de abuelos en el mundo, pero como él, no hay ninguno.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
jueves, 25 de octubre de 2012
La persona "perfecta".
domingo, 21 de octubre de 2012
Amor y nada más.
-Estará rodeado de libros y tendría que tener un gato.
+Está bien.
-Mis escritos estarán por todas partes, dejaré pintalabios en tu mesilla.
+No hay problema.
-¿No te molestaría?
+Soportaría toda una vida con tus condiciones, con tal de que tu estés allí conmigo, para siempre.
+Está bien.
-Mis escritos estarán por todas partes, dejaré pintalabios en tu mesilla.
+No hay problema.
-¿No te molestaría?
+Soportaría toda una vida con tus condiciones, con tal de que tu estés allí conmigo, para siempre.
viernes, 19 de octubre de 2012
Hasta los mínimos detalles.
¿Alguna vez has mirado una foto tuya y has visto a un extraño al fondo? te hace preguntarte cuántos extraños tendrán una foto tuya, en cuantos momentos de la vida de otros hemos formado parte o si fuimos parte de la vida de alguien cuando sus sueños se hicieron realidad, o quizás cuando éstos murieron. ¿Y si estábamos destinados a estar allí? piensa que podrías ser una gran parte de la vida de alguien y ni siquiera saberlo.
miércoles, 17 de octubre de 2012
No tienen ni la mínima idea.
Algunas personas dicen, ”ya fue, olvídate”.
Pero ellos no saben todas las noches que te quedaste hablando con esa persona, que saben ellos de la felicidad que te genera un simple mensaje, que te diga "hola", que te llegue una notificación suya.

Que saben ellos de lo mal que te sientes cuando está hablando con otra persona, cuando sientes que tiene algo mejor, que te reemplaza.Que saben ellos de lo que se siente al mandarle un mensaje, e imaginar mil cosas, la angustia que te da cuando le da al "me gusta" a las cosas de otra persona, que saben de la rabia que te da cuando aparece una persona y logra arruinar todo lo que tenías hecho hasta el momento. Qué mínima idea tienen ellos de lo que es llorar por amor, que saben de lo que sientes, que saben ellos de lo que es estar enamorado, que saben ellos sobre que es dar TODO por una persona, por el simple hecho de que esté feliz.
martes, 16 de octubre de 2012
Romanticismo no es solo un "te quiero".
Tenía mocos y él sacó un pañuelo limpio del bolsillo y me limpió con delicadeza.
- ¿No te da asco? pregunté.
+ Un poquito. -Él me sonrió.- Pero después de mis propios mocos, los tuyos son los que menos asco me dan el mundo.
- ¿No te da asco? pregunté.
+ Un poquito. -Él me sonrió.- Pero después de mis propios mocos, los tuyos son los que menos asco me dan el mundo.
Silvia Hervás.
Se dice "ya lo superé", se piensa "no lograré superarlo nunca."
Cuándo dijo "Ya lo superé", en realidad quiso decir:
"Él todavía me hace reír cuando hablamos, todavía ruego por que regrese y podamos estar juntos. Lloro todas las noches pensando en lo que teníamos y que pudimos haber tenido. Sigo pensando en él, le sigo echando de menos, sigo sufriendo, sigo queriéndolo, sigo amándolo con todo lo que tengo. Cuando alguien me dice que él no me merece, yo respondo que él sí me merece, y a veces pienso que en realidad yo no lo merecía y que por eso nos separamos, aunque sé que no es verdad. Aún siento celos de la chica de la que ahora él está enamorado y aún deseo ser yo la que esté en su lugar.
Aún tengo su número en mi móvil y guardo todos los mensajes que me enviaba. Aún tengo sus fotos y, definitivamente, no logro superarlo."
Aprenderás, tal y como lo hice yo.
Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, y que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Aprendí que nunca conocemos a una persona de verdad. Aprendí que el "nunca jamás", nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina. Aprendí que el que quiere, puede, y lo consigue. Aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada, y que perdiendo también se gana.
domingo, 14 de octubre de 2012
¿Me entiendes?
Esos días de bajón en los que te miras al espejo y tienes ganas de llorar, en los que te cambias 394832948 veces de ropa porque no te gusta como te queda, esos días en los que sientes que todo está mal y que nadie te entiende.
sábado, 13 de octubre de 2012
Creo que somos aire.
-¿De qué somos, que tocarnos nos gusta tanto? -preguntó él.
+De sentimientos…-Caviló ella- De nubes de colores…de chocolate y vainilla…de pasiones y placeres…de dolores y heridas…
Una brisa de aire jugueteó con el cabello de ella.
-Creo que somos de aire…-Comentó él, mientras entrelazaba su mano con la de ella- Es maravilloso sentir el aire entre tus dedos…
Sólo soy yo, queriéndote.

Perdón por pensar en ti mucho y muy seguido.
Perdón si te cuento mis dramas sin sentido cuando a ti en realidad no te interesan. Perdón si me vuelvo pesada o molesta, solo soy yo, extrañándote.
Enamorarse, nunca fue tan fácil.
- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
+¿Unos minutos?
- ¿Dónde está tu reloj tan exacto?-preguntó ella burlándose.
+No lo traje, no quería que pasara el tiempo.
Llorar no siempre es malo.

Buscas un abrazo, pero no uno cualquiera, si no uno de estos que te hacen sonreír y cerrar los ojos a la vez. ¿Quién no quiere uno?
Esto me recuerda a lo que pasó aquel día.
Un día en el que no podía dejar de llorar, todo estaba oscuro, pero allí estaba él. Se acercó a mi y me susurró muy suave en el oído: "¿Sabes? todas las personas tenemos que llorar, llorar mucho para dejar un hueco en el corazón para las sonrisas".
Nos gusta lo que menos nos conviene.
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Llámame 'mini monster' y no me llames 'cariño' o 'mi vida'. Picame y hazme rabiar, que me entren ganas de odiarte.
Déjame que te diga que te odio pero sin apartar la mirada de ti, después ríete fuerte y pegame a ti, abrazándome tan fuerte, que todo lo demás no importe.
Sígueme el royo cuando te diga que no te echo de menos y que cuando me voy a la cama, nunca pienso en ti.
Créeme que ganaría siempre yo, si jugáramos al 'yo te quiero más'.
Sabes que no soy diferente, pero quizás si especial, sabes que más manías que yo no tiene nadie.
Sin embargo, yo sé que no estamos hechos el uno para el otro, que hagamos lo que hagamos, nunca nos llevaríamos del todo bien.
Porque a nosotros siempre nos gusta lo que menos nos conviene.
viernes, 12 de octubre de 2012
miércoles, 10 de octubre de 2012
No siempre la derecha, es el camino correcto.
Aquel día llovía mucho por lo que no les apetecía salir.
-¿Qué hacemos?
Preguntó ella algo aburrida, clavando como siempre la mirada en él.
Se querían muchísimo, ellos si que sabían lo que era aguantar las cosas buenas y malas de una persona. Quizás por eso es que están siempre juntos, casi inseparables.
Él estaba tumbado en el sofá con el brazo caído y con la mirada fija en la tele, aunque si ver nada, ya que estaba apagada.
Al ver ella que no le contestaba, se acercó a él haciéndose la remolona y se tumbó entre sus piernas, acurrucando su cabeza en el cuello del chico.
Éste, le acariciaba el pelo con la yema de los dedos, mientras apoyaba con suavidad los labios sobre su cabeza, dándole delicados besos.
Ella adoraba estar así. Escuchando el silencio que producía el no decir nada, el decírselo todo con caricias y mimos.
-¿Puedo preguntarte algo?
Susurró con los labios pegados al cuello de él. El chico, seguía sin contestar y se limitó a asentir con la cabeza, esbozándole una amplia sonrisa.
Le encantaba, todo lo que veía en él, le encantaba. No soportaba estar más de un día sin ver aquella sonrisa.
-¿Por qué tardaste tanto en venir? Estuve demasiado tiempo esperándote...
El chico, soltó una tierna carcajada y abrazó a la chica, pegándola más a su cuerpo.
+¿Sabes? el porque llegué tarde es una larga historia.
- Bueno, en ese caso no me importa, tengo todo el tiempo del mundo.
Sonrió divertida al saber que su chico no tenía muchas intenciones de contarle aquella historia.
-¡VAAAAAAAAAAAAA!
Estiraba de su camiseta y le agarraba de las mejillas, jugueteando con su cara.
+Vale, te lo cuento, pero para, que me haces daño.
La chica, dejó su cara en paz y se acomodó de nuevo entre sus piernas y sobre el pecho de él. Aquella sensación era increíble.
+Todo empezó un día, cuando me dejaron en mitad de un camino, con un coche negro, muy viejo por cierto. Estuve más de dos días conduciendo por aquel estrecho y oscuro camino, hasta llegar a un cruce, podía elegir ir por la izquierda o por la derecha. ¿Cuál crees que elegí?
La chica escuchaba muy atentamente su historia, la voz que tenía la llevaba a un mundo del que no sabía nada. Soltó una carcajada fuerte.
-Conociéndote elegiste la derecha seguro.
+Así es, elegí la derecha, aceleré con el coche y me dirigí hacía ese lado del camino. Estuve también, casi 2 o 3 días, conduciendo sin parar apenas. Al final llegué y allí había una chica preciosa, parecía una muñeca de lo bonita que era.
La enamoré y ella me enamoró, locamente, pero al cabo del tiempo me demostró que no era lo que yo pensaba. Me hizo daño, me hizo perder todas las esperanzas en el amor.
Cuando me dí cuenta, ya estaba de camino otra vez, quería ir por el lado izquierdo, no me quedaba otra.
Llegué tras unos días al cruce de nuevo y entonces, cogí el lado izquierdo, ¿qué fue lo que me encontré? había un atasco enorme, aquello estaba lleno de coches con muchos chicos dentro.
Bajé y le pregunté a uno, que porque estaban todos allí, su contestación fue, básicamente lo mismo que me había pasado a mi, todos habían ido a lado derecho y les habían hecho daño, por lo tanto, cogieron el izquierdo, y ya está, fin de la historia.
La chica se quedó atónita, no entendía absolutamente nada de aquella historia. Levantó ligeramente la cabeza para mirarle y acercó sus labios a los de él.
-Pero con esa historia no has respondido a mi pregunta.
El chico asintió y contestó después, acercando todavía más sus labios a los de ella.
+Llegué tarde por que había atasco. Todos sabían que en lado izquierdo estaba la perfección, esperé y cuando por fin llegué, allí estabas tú.
-¿Qué hacemos?
Preguntó ella algo aburrida, clavando como siempre la mirada en él.
Se querían muchísimo, ellos si que sabían lo que era aguantar las cosas buenas y malas de una persona. Quizás por eso es que están siempre juntos, casi inseparables.
Él estaba tumbado en el sofá con el brazo caído y con la mirada fija en la tele, aunque si ver nada, ya que estaba apagada.
Al ver ella que no le contestaba, se acercó a él haciéndose la remolona y se tumbó entre sus piernas, acurrucando su cabeza en el cuello del chico.
Éste, le acariciaba el pelo con la yema de los dedos, mientras apoyaba con suavidad los labios sobre su cabeza, dándole delicados besos.
Ella adoraba estar así. Escuchando el silencio que producía el no decir nada, el decírselo todo con caricias y mimos.
-¿Puedo preguntarte algo?
Susurró con los labios pegados al cuello de él. El chico, seguía sin contestar y se limitó a asentir con la cabeza, esbozándole una amplia sonrisa.
Le encantaba, todo lo que veía en él, le encantaba. No soportaba estar más de un día sin ver aquella sonrisa.
-¿Por qué tardaste tanto en venir? Estuve demasiado tiempo esperándote...
El chico, soltó una tierna carcajada y abrazó a la chica, pegándola más a su cuerpo.
+¿Sabes? el porque llegué tarde es una larga historia.
- Bueno, en ese caso no me importa, tengo todo el tiempo del mundo.
Sonrió divertida al saber que su chico no tenía muchas intenciones de contarle aquella historia.
-¡VAAAAAAAAAAAAA!
Estiraba de su camiseta y le agarraba de las mejillas, jugueteando con su cara.
+Vale, te lo cuento, pero para, que me haces daño.
La chica, dejó su cara en paz y se acomodó de nuevo entre sus piernas y sobre el pecho de él. Aquella sensación era increíble.
+Todo empezó un día, cuando me dejaron en mitad de un camino, con un coche negro, muy viejo por cierto. Estuve más de dos días conduciendo por aquel estrecho y oscuro camino, hasta llegar a un cruce, podía elegir ir por la izquierda o por la derecha. ¿Cuál crees que elegí?
La chica escuchaba muy atentamente su historia, la voz que tenía la llevaba a un mundo del que no sabía nada. Soltó una carcajada fuerte.
-Conociéndote elegiste la derecha seguro.
+Así es, elegí la derecha, aceleré con el coche y me dirigí hacía ese lado del camino. Estuve también, casi 2 o 3 días, conduciendo sin parar apenas. Al final llegué y allí había una chica preciosa, parecía una muñeca de lo bonita que era.
La enamoré y ella me enamoró, locamente, pero al cabo del tiempo me demostró que no era lo que yo pensaba. Me hizo daño, me hizo perder todas las esperanzas en el amor.
Cuando me dí cuenta, ya estaba de camino otra vez, quería ir por el lado izquierdo, no me quedaba otra.
Llegué tras unos días al cruce de nuevo y entonces, cogí el lado izquierdo, ¿qué fue lo que me encontré? había un atasco enorme, aquello estaba lleno de coches con muchos chicos dentro.
Bajé y le pregunté a uno, que porque estaban todos allí, su contestación fue, básicamente lo mismo que me había pasado a mi, todos habían ido a lado derecho y les habían hecho daño, por lo tanto, cogieron el izquierdo, y ya está, fin de la historia.
La chica se quedó atónita, no entendía absolutamente nada de aquella historia. Levantó ligeramente la cabeza para mirarle y acercó sus labios a los de él.
-Pero con esa historia no has respondido a mi pregunta.
El chico asintió y contestó después, acercando todavía más sus labios a los de ella.
+Llegué tarde por que había atasco. Todos sabían que en lado izquierdo estaba la perfección, esperé y cuando por fin llegué, allí estabas tú.
sábado, 6 de octubre de 2012
Dime.
¿Soy la única persona que siente que cada vez los días pasan más rápidos? ¿Qué a veces se detiene a pensar y se pregunta “qué mierda estoy haciendo con mi vida”?
viernes, 5 de octubre de 2012
Y lo odio.
Buenos días chica no tan pequeña para el mundo.
Estaba realmente cansada. ¿Qué me pasaba ese día? Hay que decir que eran las 12 de la madrugada, que hacía rato que se había ido a dormir el sol.
Decidí ir a dormir, ¿qué otra opción me quedaba? Me eché en la cama y pensé en todo lo que me había pasado durante el día. ¿Qué puede ir peor? Me pregunté a mi misma intentando caer en el sueño.
No hacía más que repetirme a mi misma lo pequeña que era, lo grande que era el mundo para mi. La de cosas que todavía no podía hacer y lo poco que valía.
Unos minutos más tarde, sonó el timbre de mi casa. ¿Quién podía ser a esas horas? No esperaba a nadie. Me levanté con mucho cuidado intentado hacer el mínimo ruido posible para no levantar sospechas de que en la casa, había alguien. Miré por la mirilla de la puerta arriesgándome a cualquier cosa, ¡qué tonta que llego a ser!
Era un chico, alto, rubio, con un traje y un maletín negro. Sonreía con amplitud, ¿por qué? ¿me estaría viendo?.
No sabía si abrir, pero lo hice. ¿En qué estaría pensando? Son las 12 de la madrugada, un desconocido llama a tu puerta y tú le abres, sin duda, era yo, no podía ser otra. Cuando me di cuenta, la puerta estaba de par en par y la mirada del chico estaba completamente fija en mi.
Que miedo, que nervios.
Me miró y sin más, esbozó una sonrisa, preciosa, pero a la vez me causaba miedo.
- ¿Puedo pasar y sentarme contigo en el sofá?
Aquella voz me cautivó por completo. ¿De qué iba ese chico? ¿Quién era? ¿Por qué abrí la puerta?
El chico no dejaba de mirarme y sonreír a la vez. Estaba aturdida pero por segunda vez como una estúpida, acepté. Le dejé pasar y nos sentamos en el sofá.
Me miraba constantemente.
+ ¿Quién eres?
Pregunté finalmente con un hilo de voz. Me miró y desvió la miraba por un segundo. Bf, que alivio. Esbozó una fuerte carcajada y seguidamente se llevó las manos a la cabeza acariciándose su rubia melena.
- ¿Por qué siempre me preguntáis lo mismo? ¿Nunca vienen desconocidos a sentarse en vuestro sofá?
Le miré arqueando una ceja, no podía ser cierta aquella pregunta.
+ ¿En serio me estás preguntando eso? No sé quien eres, ni siquiera sé porque te he abierto la puerta y en menos de un segundo te has sentado en mi sofá.
- Bueno, yo no te he obligado a ninguna de las dos cosas, tú has abierto y tu me has dejado sentarme aquí.
Me miraba sin dejar de sonreír y expulsaba de vez en cuando alguna carcajada tímida. Antes de que me diera tiempo a contestarle, comenzó a hablar él, con la misma voz que antes, seductora.
- Soy el mundo, me han mandado aquí para que hable contigo. Soy cada amigo/amiga que tienes y soy también todas aquellas personas que odias. Soy tus padres que tanto amor te han dado y todos esos padres que maltratan a sus hijos por placer.
Soy aquel chico que te rompió el corazón y ahora está diciéndole 'te amo' a otra. Soy tu primer amor, y tus primeros estudios. Soy ese examen que te salió tan mal y al final lo aprobaste. Soy esa sonrisa que te dedica el chico que te gusta y esa mala cara que le pones cuando te pica. Soy esa canción que odias y esa canción que te transporta al mundo paralelo. Sé que no me crees, pero estoy aquí para ayudarte.
Me quedé asombrada. ¿Qué narices me estaba contando? No entendía nada y en mi cara se notaba. Una expresión de malestar y de pocas ganas de escucharle. ¿Qué habré hecho para merecer esto? Lo pensé para mis adentros sin llegar a contestarle nada.
- No has hecho nada para merecerlo, simplemente vengo a hablar contigo.
¿Había leído mis pensamientos? Realmente la situación me daba miedo, mucho miedo. Me alejaba ligeramente de él y éste se acercaba a mi con la misma sonrisa de antes, poco más y me enamoraba.
- Solo quiero decirte que no eres pequeña para el mundo, es decir, para mi, ni tampoco soy tan grande. Todo lo que tienes es porque puedes superarlo, puedes superarte a ti misma y llegar al límite, tan solo debes proponertelo.
¿Cómo sabía que había pensando en eso? ¿En qué el mundo era grande para mi? Seguía sin entender nada. Al girar mi cara para contestarle, ya no estaba. ¿Hola? No estaba.
Tenía miedo, quizás se había escondido y me iba a hacer algo. No quería moverme, pero poco a poco, me fue entrando el sueño. Me acurruqué en una de las esquinas del sofá y me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente, abrí los ojos temprano, ya que la espalda empezaba a quejarse por dormir tantas horas en esa postura tan incómoda.
Nada más abrir los ojos, pude ver una nota de papel justo en frente mío en la que ponía: 'BUENOS DÍAS CHICA NO TAN PEQUEÑA PARA EL MUNDO'.
Me quedé perpleja, ¿todo había pasado de verdad? No lo sabía y realmente, no lo sabría nunca.
Decidí ir a dormir, ¿qué otra opción me quedaba? Me eché en la cama y pensé en todo lo que me había pasado durante el día. ¿Qué puede ir peor? Me pregunté a mi misma intentando caer en el sueño.
No hacía más que repetirme a mi misma lo pequeña que era, lo grande que era el mundo para mi. La de cosas que todavía no podía hacer y lo poco que valía.
Unos minutos más tarde, sonó el timbre de mi casa. ¿Quién podía ser a esas horas? No esperaba a nadie. Me levanté con mucho cuidado intentado hacer el mínimo ruido posible para no levantar sospechas de que en la casa, había alguien. Miré por la mirilla de la puerta arriesgándome a cualquier cosa, ¡qué tonta que llego a ser!
Era un chico, alto, rubio, con un traje y un maletín negro. Sonreía con amplitud, ¿por qué? ¿me estaría viendo?.
No sabía si abrir, pero lo hice. ¿En qué estaría pensando? Son las 12 de la madrugada, un desconocido llama a tu puerta y tú le abres, sin duda, era yo, no podía ser otra. Cuando me di cuenta, la puerta estaba de par en par y la mirada del chico estaba completamente fija en mi.
Que miedo, que nervios.
Me miró y sin más, esbozó una sonrisa, preciosa, pero a la vez me causaba miedo.
- ¿Puedo pasar y sentarme contigo en el sofá?
Aquella voz me cautivó por completo. ¿De qué iba ese chico? ¿Quién era? ¿Por qué abrí la puerta?
El chico no dejaba de mirarme y sonreír a la vez. Estaba aturdida pero por segunda vez como una estúpida, acepté. Le dejé pasar y nos sentamos en el sofá.
Me miraba constantemente.
+ ¿Quién eres?
Pregunté finalmente con un hilo de voz. Me miró y desvió la miraba por un segundo. Bf, que alivio. Esbozó una fuerte carcajada y seguidamente se llevó las manos a la cabeza acariciándose su rubia melena.
- ¿Por qué siempre me preguntáis lo mismo? ¿Nunca vienen desconocidos a sentarse en vuestro sofá?
Le miré arqueando una ceja, no podía ser cierta aquella pregunta.
+ ¿En serio me estás preguntando eso? No sé quien eres, ni siquiera sé porque te he abierto la puerta y en menos de un segundo te has sentado en mi sofá.
- Bueno, yo no te he obligado a ninguna de las dos cosas, tú has abierto y tu me has dejado sentarme aquí.
Me miraba sin dejar de sonreír y expulsaba de vez en cuando alguna carcajada tímida. Antes de que me diera tiempo a contestarle, comenzó a hablar él, con la misma voz que antes, seductora.
- Soy el mundo, me han mandado aquí para que hable contigo. Soy cada amigo/amiga que tienes y soy también todas aquellas personas que odias. Soy tus padres que tanto amor te han dado y todos esos padres que maltratan a sus hijos por placer.
Soy aquel chico que te rompió el corazón y ahora está diciéndole 'te amo' a otra. Soy tu primer amor, y tus primeros estudios. Soy ese examen que te salió tan mal y al final lo aprobaste. Soy esa sonrisa que te dedica el chico que te gusta y esa mala cara que le pones cuando te pica. Soy esa canción que odias y esa canción que te transporta al mundo paralelo. Sé que no me crees, pero estoy aquí para ayudarte.
Me quedé asombrada. ¿Qué narices me estaba contando? No entendía nada y en mi cara se notaba. Una expresión de malestar y de pocas ganas de escucharle. ¿Qué habré hecho para merecer esto? Lo pensé para mis adentros sin llegar a contestarle nada.
- No has hecho nada para merecerlo, simplemente vengo a hablar contigo.
¿Había leído mis pensamientos? Realmente la situación me daba miedo, mucho miedo. Me alejaba ligeramente de él y éste se acercaba a mi con la misma sonrisa de antes, poco más y me enamoraba.
- Solo quiero decirte que no eres pequeña para el mundo, es decir, para mi, ni tampoco soy tan grande. Todo lo que tienes es porque puedes superarlo, puedes superarte a ti misma y llegar al límite, tan solo debes proponertelo.
¿Cómo sabía que había pensando en eso? ¿En qué el mundo era grande para mi? Seguía sin entender nada. Al girar mi cara para contestarle, ya no estaba. ¿Hola? No estaba.
Tenía miedo, quizás se había escondido y me iba a hacer algo. No quería moverme, pero poco a poco, me fue entrando el sueño. Me acurruqué en una de las esquinas del sofá y me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente, abrí los ojos temprano, ya que la espalda empezaba a quejarse por dormir tantas horas en esa postura tan incómoda.
Nada más abrir los ojos, pude ver una nota de papel justo en frente mío en la que ponía: 'BUENOS DÍAS CHICA NO TAN PEQUEÑA PARA EL MUNDO'.
Me quedé perpleja, ¿todo había pasado de verdad? No lo sabía y realmente, no lo sabría nunca.
Quiero todo de ti.
Quiero que cuando me veas, me mires diferente a las otras. Que te quedes sin aire, impresionado. Que tomes mi mano y me lleves a algún sitio lejos de todo el mundo. Tú y yo,solos, admirándonos. Que me agarres la cintura y me pegues cerca de ti, me mires a mis ojos y me beses. Que me dejes sin aire y me hagas sentir que eres el único en el mundo. Que me abraces fuerte y me hagas sentir que no hay lugar más seguro que tus brazos. Que me eches de menos y me demuestres que de verdad me quieres. Que eres diferente a los demás y que no hay nada que nos pueda separar. Y yo, quiero demostrarte que también soy diferente y que nadie jamás te va a volver a querer de la misma manera que yo te quiero…
sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Hay palabras que duelen más que cuchillos.
¡TÚ! ¡SÍ, SÍ, TÚ!
Ves ahora a esa pobre chica y dile lo fea y lo gorda que está. Dile que no anda, que rueda, que da manía y que sus grasas no te dejan mover con tranquilidad por el pasillo de tu colegio.
Dile a la otra chica del fondo, que es fea por llevar esas gafas, ríete en su cara y dile el asco que te da cada vez que la miras por esos granitos de acné que le han salido esta última semana.
Corre y dile a la chica que acaba de entrar, que está extremadamente delgada, dile que existe la comida y que si la tocas probablemente se rompa.
Ahora después de esto, ves al chico de la clase de enfrente y tírale los libros al suelo, escupele y dile que es un friki, que no le soportas y que se vaya a su ordenador.
Al tocar el timbre, espera en la puerta a aquel pobre chico al que insultaste y no te contestó. Agárralo por el cuello y pégale una paliza, fuerte.
Después de todo esto, cuando vayas a tu casa y tu madre te pregunte que qué tal el día, tu contestarás que bien, que mejor no te ha podido ir, mientras que todas esas personas a las que has estado humillando y maltratando durante todo el día, llegaran a sus casas con los ojos humedecidos por las terribles ganas de llorar. Llegaran sin apetito y sin ganas de saber del mundo.
Habrás hecho que no se relacionen con sus familiar, que se miren al espejo y se insulten ellos mismos, que inconscientemente crean que se merecen todo lo que les has hecho.
Al día siguiente, cuando vayas a clase, verás que ninguna de las tres chicas están y que los dos chicos aquellos, tampoco han aparecido.
Verás a los profesores llorar por los pasillos y a la mayoría de la gente en estado de shock.
Preguntaras una y otra vez que es lo que ha ocurrido y te acabaran diciendo, que esas 5 personas se suicidaron ayer por la noche.
Pararás un momento y espero que te des cuenta de que antes de abrir la boca, debes pensar.
Porque lo que para ti son palabras o insultos "graciosos" a otras personas, pueden cambiarles la vida o incluso acabar con ella.

Dile a la otra chica del fondo, que es fea por llevar esas gafas, ríete en su cara y dile el asco que te da cada vez que la miras por esos granitos de acné que le han salido esta última semana.
Corre y dile a la chica que acaba de entrar, que está extremadamente delgada, dile que existe la comida y que si la tocas probablemente se rompa.
Ahora después de esto, ves al chico de la clase de enfrente y tírale los libros al suelo, escupele y dile que es un friki, que no le soportas y que se vaya a su ordenador.
Al tocar el timbre, espera en la puerta a aquel pobre chico al que insultaste y no te contestó. Agárralo por el cuello y pégale una paliza, fuerte.
Después de todo esto, cuando vayas a tu casa y tu madre te pregunte que qué tal el día, tu contestarás que bien, que mejor no te ha podido ir, mientras que todas esas personas a las que has estado humillando y maltratando durante todo el día, llegaran a sus casas con los ojos humedecidos por las terribles ganas de llorar. Llegaran sin apetito y sin ganas de saber del mundo.
Habrás hecho que no se relacionen con sus familiar, que se miren al espejo y se insulten ellos mismos, que inconscientemente crean que se merecen todo lo que les has hecho.
Al día siguiente, cuando vayas a clase, verás que ninguna de las tres chicas están y que los dos chicos aquellos, tampoco han aparecido.
Verás a los profesores llorar por los pasillos y a la mayoría de la gente en estado de shock.
Preguntaras una y otra vez que es lo que ha ocurrido y te acabaran diciendo, que esas 5 personas se suicidaron ayer por la noche.
Pararás un momento y espero que te des cuenta de que antes de abrir la boca, debes pensar.
Porque lo que para ti son palabras o insultos "graciosos" a otras personas, pueden cambiarles la vida o incluso acabar con ella.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Soy la chica invisible.

Si no sabéis quien soy, yo os lo cuento.
Soy la chica que está en clase y cuando te preguntan por ella no sabes muy bien quien es. Soy la chica que entra y sale de clase y a nadie parece importarle. Soy la chica que levanta la mano en clase y nunca le dan turno para hablar. La que hace los deberes y jamás lo valoran.
Soy aquella chica que apenas se relaciona con los compañeros de clase. Esa tímida chica que no soporta salir a la pizarra y cuando le preguntan algo se pone muy roja.
Una chica a la que le encanta escuchar a la gente e intentar ayudar en todo lo posible.
Soy esa chica que se ríe desde la puerta del instituto y la oyen hasta en la última clase. La chica que empieza a comerse el bocadillo del recreo despacio y se lo tiene que acabar entrando en clase.
La chica que pone mala cara, cuando entra la profesora que le cae mal por la puerta.
La chica que no aguanta más de 5 minutos sin hablar y mirar a todo su alrededor.
Soy aquella chica, que algunos denominan como chica invisible.
viernes, 14 de septiembre de 2012
¿Mejor de esta manera?
"Mira, vamos a plantearlo de esta manera: para mí tú eres el número uno, y ni siquiera hay un número dos."
Revivir la época en la que era feliz y no lo sabia.
Dicen que las cosas se arreglan con el tiempo, y tú, no te llamas 'tiempo', así que, ¿por qué siempre intentas arreglar lo nuestro?
Sé que nadie nos ha dicho que esto es el final, que no es un punto y seguido ni punto y aparte.
Tú sabes mejor que nadie que no soy la típica chica fácil de encontrar, sabes perfectamente que como yo, nadie tiene tantos defectos.
¿Por qué lo sigues intentando? Te dije una vez que no y no te rendirás hasta escucharlo por segunda vez.
Puedo jurarte que te quise con todas mis fuerzas, lo hubiera dado todo por ti, pero ahora ya es demasiado tarde.
Siempre que estaba contigo, te sacaba una cosa u otra, que si no me gustaba, esto que si no me gustaba aquello...A día de hoy, me doy cuenta de todas esas cosas y me gustaría poder volver al pasado, no para cambiar cosas, pero si para revivir la época en la que era feliz y no lo sabia.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Nos dimos cuenta demasiado tarde.

Te encantaba picarme y susurrarme cerca de los labios que no me ibas a besar, que me quedaría con las ganas y a mi me encantaba robarte un beso justo antes de irme.
Adoraba esa sonrisa que me ponías cuando te miraba de reojo y me negaba a hablarte y tu adorabas abrazarme cuando no podía aguantar ni una cosa más.
Me acostumbré a ese pelo que siempre se te quedaba tieso y que nunca conseguíamos bajar, por otro lado, tu te acostumbraste a que te estuviera preguntando constantemente lo guapa que estaba.
Dormíamos pegados a la ropa que habíamos llevado durante el día, y simplemente lo hacíamos para recordar la colonia del otro.
Empezó siendo una cosa de adolescentes, un lío que no iba a llevarnos a nada más.
Pero me di cuenta de lo contrario cuando los dos sabíamos toda la vida del otro, empecé a darme cuenta de que había algo más cuando te echaba de menos cada segundo, cuando escuchaba esa canción que me pasaste hasta quedarme dormida.
En tu caso, te diste cuenta de que había algo más, cuando sentiste que ninguna otra te había querido tanto como lo estaba haciendo yo.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Fuck society.
Estoy harta, HARTA, de tanta perfección. O quizás debería decir, de tanta "perfección". ¿Qué es esto? Hace unos días estuve hablando con una chica que me contó que se reían de ella por llevar una 46 de pantalón. No encontraba pantalones de su talla en tiendas típicas como Pimkie, Pull and Bear, Sfera, Mango...etc, y por lo tanto tenía que llevar pantalones más de mujer mayor.
Por ese simple hecho, ella casi ni se podía mirar al espejo, no soportaba ser quien era.
Y yo me pregunto, ¿Quién dice dónde está la belleza? ¿Quién dice que es bonito y que no?
Yo llevo una talla 40 de pantalón y a veces, me cuesta encontrar pantalones, ¿se dan cuenta de la sensación que producen en adolescentes como nosotras?.
Es el miedo al rechazo de la sociedad, a quedarte sola tan solo por no gustar a los demás, por no llevar una 36 o 38.
¿Pero sabéis qué? esto va por todas aquellas chicas que os sintáis mal con vosotras mismas o no os gusta vuestro cuerpo.
Miraros al espejo, observaros, sois preciosas, todas, sin distinciones, morenas, rubias, pelirrojas, castañas, con pecas, sin pecas, con más pierna o con más tripa, con el pelo más largo o corto, más alta o más baja, con gafas o sin ellas, sois preciosas, SONREÍR, porque ni siquiera la sociedad puede arrebataros algo que el mundo no se puede perder.
Por ese simple hecho, ella casi ni se podía mirar al espejo, no soportaba ser quien era.
Y yo me pregunto, ¿Quién dice dónde está la belleza? ¿Quién dice que es bonito y que no?
Yo llevo una talla 40 de pantalón y a veces, me cuesta encontrar pantalones, ¿se dan cuenta de la sensación que producen en adolescentes como nosotras?.
Es el miedo al rechazo de la sociedad, a quedarte sola tan solo por no gustar a los demás, por no llevar una 36 o 38.
¿Pero sabéis qué? esto va por todas aquellas chicas que os sintáis mal con vosotras mismas o no os gusta vuestro cuerpo.
Miraros al espejo, observaros, sois preciosas, todas, sin distinciones, morenas, rubias, pelirrojas, castañas, con pecas, sin pecas, con más pierna o con más tripa, con el pelo más largo o corto, más alta o más baja, con gafas o sin ellas, sois preciosas, SONREÍR, porque ni siquiera la sociedad puede arrebataros algo que el mundo no se puede perder.
jueves, 6 de septiembre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
lunes, 3 de septiembre de 2012
Una vida que no es la mía.

Miraba una y otra vez por la ventana buscando la respuesta o una nube que pareciera una carita sonriendo.
Volvía a la cama y me ocultaba bajo las sábanas. Desde siempre ha sido el único lugar en el que me sentía segura, me sentía bien conmigo misma.
Ese lugar en el que estiro la pierna hacía los lados, y nunca hay nadie.
Seguía pensando, todavía tumbada en la cama, dando vueltas hacía un lado y hacía otro sin poder pegar ojo. Los minutos iban pasando, al igual que las horas. Los primeros rayos de luz entraban atrevidos por las ranuras de mi persiana.
Suspiré y en ese momento me di cuenta, supe que algo iba mal. Vivo en mi propia historia, una historia que no es mi vida y tan solo lo hago para creer que soy feliz.
Solo en mi historia consigo alcanzar esa felicidad, solo en mi historia, estiro la pierna en la cama y toco algo, me giro y ahí está, la razón de mi sonrisa, mañana, tarde y noche. Solo en mi historia, la gente no me crítica con solo saber mi nombre ni me sonríen a la cara y hablan mal de mi por detrás.
En esa historia me invento una vida, mi propia vida.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Nada ni nadie se interpuso en sus caminos.
Estaban en el coche, de camino al centro de la ciudad. Él, le acababa de decir que está enamorado de ella, y ella, le acababa de corresponder. Ninguno de los dos sabía muy bien que decir dentro de aquel coche. Miraban por la ventana y después se miraban entre ellos, limitándose a sonreír.
Por fin, él fue el que decidió romper aquel incomodo silencio.
- ¿Qué te apetece hacer ahora?
+ La verdad es que no lo sé.
Ella no le miraba a los ojos, mientras que él solo le intentaba buscar la mirada.
- ¿Sabes lo que me apetece hacer a mi?
+ A ver, dime.
- Me apetece tumbarnos en algún lado, abrazarnos, besarnos y acariciarnos.
Aquello la había dejado sin palabras, quizás no buscaba lo mismo que todos, quizás la quería de verdad. Eran amigos desde hace mucho tiempo y todo aquello le había pillado por sorpresa, pero ahora eran novios y tenía que aclarar bien sus sentimientos.
+ Vaya, me parece una genial idea, podemos ir a mi casa, no hay nadie.
- Eso si que es una genial idea.
Se limitaron a sonreír de nuevo, mientras él conducía prudentemente hacía la casa de su actual novia. No se lo podía creer, aquella chica, ahora, era su novia. La quería, la quería con todas sus fuerzas y no iba a dejar, que nada ni nadie, se interpusiera en su camino.
Al llegar a casa, se pusieron cómodos, se tumbaron en el sofá, ella encima de él y como bien había propuesto, se abrazaron durante minutos, se besaban con tantas ganas que se destrozaron los labios. Solo había miradas de complicidad y caricias que decían que todo iba a salir bien.
- ¿Sabes una cosa?
+ No, dímela.
- Antes, cuando solo eramos amigos, me parecía increíble todo lo que hacías, tú forma de andar, de hablar, de respirar. Me parecía increíble mirarte a los ojos. Si todo eso me parecía tan increíble, imagínate lo que he sentido al besarte por primera vez.
De nuevo se había quedado sin palabras. ¿Cómo no se había fijado antes en él?. Ahora estaba segura de todo. Le quería, le quería para ella, solo y únicamente para ella y no iba a dejar, que nada ni nade, se interpusiera en su camino.
- ¿Qué te apetece hacer ahora?
+ La verdad es que no lo sé.
Ella no le miraba a los ojos, mientras que él solo le intentaba buscar la mirada.
- ¿Sabes lo que me apetece hacer a mi?
+ A ver, dime.
- Me apetece tumbarnos en algún lado, abrazarnos, besarnos y acariciarnos.
Aquello la había dejado sin palabras, quizás no buscaba lo mismo que todos, quizás la quería de verdad. Eran amigos desde hace mucho tiempo y todo aquello le había pillado por sorpresa, pero ahora eran novios y tenía que aclarar bien sus sentimientos.
+ Vaya, me parece una genial idea, podemos ir a mi casa, no hay nadie.
- Eso si que es una genial idea.
Se limitaron a sonreír de nuevo, mientras él conducía prudentemente hacía la casa de su actual novia. No se lo podía creer, aquella chica, ahora, era su novia. La quería, la quería con todas sus fuerzas y no iba a dejar, que nada ni nadie, se interpusiera en su camino.
Al llegar a casa, se pusieron cómodos, se tumbaron en el sofá, ella encima de él y como bien había propuesto, se abrazaron durante minutos, se besaban con tantas ganas que se destrozaron los labios. Solo había miradas de complicidad y caricias que decían que todo iba a salir bien.

+ No, dímela.
- Antes, cuando solo eramos amigos, me parecía increíble todo lo que hacías, tú forma de andar, de hablar, de respirar. Me parecía increíble mirarte a los ojos. Si todo eso me parecía tan increíble, imagínate lo que he sentido al besarte por primera vez.
De nuevo se había quedado sin palabras. ¿Cómo no se había fijado antes en él?. Ahora estaba segura de todo. Le quería, le quería para ella, solo y únicamente para ella y no iba a dejar, que nada ni nade, se interpusiera en su camino.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Adolescencia, querida adolescencia.

Dime, ¿alguna vez?

El primer amor.
El primer amor
no es la primera persona que te gustó, ni tampoco la primera persona que fue tu
novio/a. El primer amor es esa persona por la cual sentiste cosas imaginables,
la primera persona por la cual hiciste cosas que jamás pensaste qué harías, esa
persona que amaste con locura, esa persona que te hiso feliz con una mirada,
con su sonrisa o con tan solo su presencia… esa persona con quien te imaginabas
la vida entera ; esa persona que quizás nunca llamaste ”novio/a”, pero hizo
mas y logro más de lo que otras personas podrán lograr justamente; esa persona
fue tu primer amor, y aunque a veces sientas que no hizo las cosas
correctamente siempre va a estar muy presente, supongo que la superaras pero no
la olvidaras nunca.
Quédate y hazme caso.
Quédate con quien prefiera estar un sábado en tu casa, que bebiendo alcohol en una fiesta. Quien prefiera tomar tu mano, que tener un cigarro. Quédate con quien sepa estar sin ti, pero prefiera estar contigo. Con quien te enamore con hechos, no con palabras. Quédate con quien te valore, no con quien te ilusione. Quédate con quien valga la alegría, no la pena.
Ahí estás.
Te cansaste de intentar. Pero sigues allí, porque hay algo que te susurra todos los días, que las cosas algún día van a cambiar.
jueves, 16 de agosto de 2012
Porque tú eres mucho mejor.
Entró sin avisar en su habitación. Escuchaba sus sollozos desde la puerta y suspiró pensando que no había sido el mejor momento. Una vez dentro, ya no podía volver hacía atrás.
Se acercó hacía ella y la abrazó por detrás besando con extremada suavidad su cuello.
-Ey, ¿por qué lloras? estás más bonita sonriendo.
Al escuchar su voz, cortó de inmediato sus sollozos e intentó dibujar en sus labios una tímida sonrisa.
+No sabía que estabas aquí, perdona.
-No hay nada que perdonar, dime que pasa.
Aquella joven siempre había tenido sus complejos, pero nadie les había dado su verdadera importancia. No le gustaba llorar en público y se encerraba la mayoría de las veces para ver como lloraba frente a un espejo.
Era bonita, muy bonita, pero esta sociedad la infravaloraba.
Quizás no tuviera el cuerpo más atractivo de la ciudad, pero su mirada y su sonrisa, eran capaces de enamorar a cualquiera.
+Jamás seré como ellas.
-Nunca, ¿sabes por qué?
+¿Por qué? ¿por qué ellas son bonitas?
-No, porque tú eres mucho mejor.
Se acercó hacía ella y la abrazó por detrás besando con extremada suavidad su cuello.
-Ey, ¿por qué lloras? estás más bonita sonriendo.
Al escuchar su voz, cortó de inmediato sus sollozos e intentó dibujar en sus labios una tímida sonrisa.
+No sabía que estabas aquí, perdona.
-No hay nada que perdonar, dime que pasa.

Era bonita, muy bonita, pero esta sociedad la infravaloraba.
Quizás no tuviera el cuerpo más atractivo de la ciudad, pero su mirada y su sonrisa, eran capaces de enamorar a cualquiera.
+Jamás seré como ellas.
-Nunca, ¿sabes por qué?
+¿Por qué? ¿por qué ellas son bonitas?
-No, porque tú eres mucho mejor.
"Es igual que todos los demás".

Me da gracia esas ocasiones en las que decimos: "Es igual que todos los demás".
Cuando nos peleamos con nuestra pareja o similar, que ya estamos pensando que es como los demás chicos o chicas, que no tenía nada de especial.
Si lo paramos a pensar, nadie es como los demás. De unos te puedes enamorar y de otros no.
Hay gente que tiene ese algo que te llama y te gusta o incluso te encanta y hay otras personas que no te entran por los ojos.
El ejemplo más claro lo tenemos cuando te gusta alguien y tienes montones de fotos suyas en el móvil y vas a tus amigos a enseñárselas. Quizás algunos te digan que es feo, otros te dirán que es guapo, que está de buen ver.
No es que cada uno tengamos una forma de ver pero si tenemos gustos diferentes.
Desde siempre, me han dicho que soy rara, que no encajo entre los demás, pero yo no me considero rara, me considero diferente, tampoco especial. Todos somos especiales.
Ni yo soy igual a nadie, ni nadie se parece a mi. Así que a partir de ahora, piensa antes de decir "Es igual que todos los demás."
Una sonrisa de esas.
-¿Qué me pongo hoy?
+Pues una sonrisa de esas que tienes guardadas en el fondo de armario no te quedaría mal.
+Pues una sonrisa de esas que tienes guardadas en el fondo de armario no te quedaría mal.
miércoles, 15 de agosto de 2012
¿Piensas en mi?.

Voy a preguntarte.
Vas a pensar que soy estúpida. Aunque quizás ya lo hayas pensando en otras ocasiones.
Te parezca o no, pienso mucho en ti. ¿Qué por qué no te lo había dicho antes? Pues...esto...¿por qué la Luna está siempre en el cielo? No estoy cambiándote de tema, para nada, solo estoy haciéndote una pregunta.
Cada noche, cuando estoy tumbada en la cama, pienso y me pregunto como quedarían tus dedos jugando con mi pierna. Como quedarían tus caricias recorriendo mi cintura o mi espalda.
También me pregunto como quedarían mis manos agarradas a las tuyas, o nuestras caras pegadas, frente a frente.
Me gustaría saber muchas cosas, pero hay algo que me da muchas vueltas, cuándo estás sin nada que hacer, en ese minuto que tienes a solas contigo mismo, en el que te pones a pensar en cosas importantes, ¿piensas en mi?.
Brillas con esa luz especial.
-Ven anda, siéntate aquí conmigo.
+Voy, espérame.
-Yo por ti, esperaría toda la vida.
+Venga ya, que mentiroso.
-No miento, va de verdad.
+Ven ahora tú, túmbate a mi lado a ver las estrellas.
-Eh, mira esa que bonita.
+Sí, la verdad es que si.
-¿Me la compras?
+¿Para qué la quieres?
-Pues para ver todos los días la luz que desprende.
+No necesitas estrellas para eso.
-¿A no? ¿Por qué?
+Porque tú brillas con luz propia.
+Voy, espérame.
-Yo por ti, esperaría toda la vida.
+Venga ya, que mentiroso.
-No miento, va de verdad.
+Ven ahora tú, túmbate a mi lado a ver las estrellas.
-Eh, mira esa que bonita.
+Sí, la verdad es que si.
-¿Me la compras?
+¿Para qué la quieres?
-Pues para ver todos los días la luz que desprende.
+No necesitas estrellas para eso.
-¿A no? ¿Por qué?
+Porque tú brillas con luz propia.
lunes, 13 de agosto de 2012
Aquella noche, me dormí llorando.
No sé que fue exactamente lo que me pasó, me dio el bajón, así, como de repente.
Ni siquiera dudé un momento en tumbarme en la cama, ponerme los cascos y perderme en la música. La subí, la subí muy fuerte, hasta que sonara más fuerte que mis problemas, pero aún así, los escuchaba.
Me paré a pensar en momento en todas esas cosas que me caracterizan. No soy para nada perfecta, pero algo debo de tener.
Me gusta aislarme y estar sola, apartada de la gente, pero también me gusta que estén conmigo de vez en cuando y me escuchen. Quizás mi primera manía me aparta tajantemente de la segunda.
Se paró por unos segundos la canción, pero no tardó demasiado en empezar la siguiente.
Seguí pensando en todas esas cosas que me habían llevado hasta aquel bajón.
Tan solo soy una adolescente que todavía no sabe nada de la vida. En un principio yo misma sabía lo que valía, sabía todo el potencial que podía dar de mi, pero a estas alturas no sé ni quien soy, me habrán dicho tantas veces que soy una "mierda", que quizás ya me haya convertido en ella realmente.
Siguieron pasando las canciones, una tras otra, casi sin darme cuenta, de repente, empezó a sonar Everything you do - He is we.
Dejé de pensar, ya no lo necesitaba.
Miraba por la ventana he imaginaba todas esas cosas que me gustaría hacer en aquel mismo momento. En lo mucho que me gustaría encontrar a esa persona que consiguiera completarme. Imaginar que en la cama hay alguien más aparte de mi. Acurrucarme y sonreír sin más.
Acabó la canción y vuelta a empezar.
Aquello era llorar por llorar. Y es así como después de minutos y minutos sin dejar de hacerlo, me dormí. Aquella noche, me dormí llorando.
Ni siquiera dudé un momento en tumbarme en la cama, ponerme los cascos y perderme en la música. La subí, la subí muy fuerte, hasta que sonara más fuerte que mis problemas, pero aún así, los escuchaba.
Me paré a pensar en momento en todas esas cosas que me caracterizan. No soy para nada perfecta, pero algo debo de tener.
Me gusta aislarme y estar sola, apartada de la gente, pero también me gusta que estén conmigo de vez en cuando y me escuchen. Quizás mi primera manía me aparta tajantemente de la segunda.
Se paró por unos segundos la canción, pero no tardó demasiado en empezar la siguiente.
Seguí pensando en todas esas cosas que me habían llevado hasta aquel bajón.
Tan solo soy una adolescente que todavía no sabe nada de la vida. En un principio yo misma sabía lo que valía, sabía todo el potencial que podía dar de mi, pero a estas alturas no sé ni quien soy, me habrán dicho tantas veces que soy una "mierda", que quizás ya me haya convertido en ella realmente.
Siguieron pasando las canciones, una tras otra, casi sin darme cuenta, de repente, empezó a sonar Everything you do - He is we.
Dejé de pensar, ya no lo necesitaba.
Miraba por la ventana he imaginaba todas esas cosas que me gustaría hacer en aquel mismo momento. En lo mucho que me gustaría encontrar a esa persona que consiguiera completarme. Imaginar que en la cama hay alguien más aparte de mi. Acurrucarme y sonreír sin más.
Acabó la canción y vuelta a empezar.
Aquello era llorar por llorar. Y es así como después de minutos y minutos sin dejar de hacerlo, me dormí. Aquella noche, me dormí llorando.
sábado, 11 de agosto de 2012
Nos meten la perfección con embudo.
En la televisión, en el cine, en las revistas.Mires dónde mires hay perfección. ¿Alguien recuerda una sola princesa Disney que fuese fea o que no fuera perfecta? Porque yo no. Es más, en cualquier videoclip en el que la canción trate de la chica “fea” que enamora al chico guapo y perfecto, la chica “fea” resulta ser una chica preciosa con gafas, coletas y que estudia mucho. ¿Y sabeís cual es el resultado? Que millones de chicas adolescentes se miren al espejo y se den asco. Que muchas de ellas piensen que nunca habrá nadie que las quiera tal y como son, que piensen que por tener kilos de más o un poco de acné son menos que cualquier otra chica. Que se sientan inferiores a sus amigas o a cualquier otra chica que conozcan y que derrochen lágrimas cuando se miran al espejo.
Y yo me pregunto ¿Era necesario? Era necesario poner un canon de belleza que lleve a enfermedad por no entrar dentro de ese grupo. Si es así, voy a pedir perdón. Perdón por no ser perfecta y no pesar treinta kilos ni medir metro ochenta. Perdón porque no se me noten las costillas ni clavícula. Pero ¿sabeis qué? Que para mí, lo más bonito de la carretera son las curvas, y tampoco pasa nada porque las mujeres tengamos alguna curva más a parte de nuestra sonrisa. Porque sí, muchas de nosotras tenemos kilos de más y no estamos dentro de ese canon de “perfección” pero estoy segura que la mayoría de las chicas “perfectas” que salen en las revistas o en la televisión y nos inculcan como prototipo de chica, tienen inteligencia de menos. Que a fin de cuentas, lo bonito está por dentro, porque una cara bonita no va a ser la que te consuele cuando te sientas mal, y las medidas 90-60-90 no serán las que te abracen y te quieran por como eres; pero esto es algo que a la sociedad le cuesta entender, porque parece ser que para que te consideren guapa hoy en día, debes estar superdelgada y pesar treinta kilos.
Así va el mundo.
jueves, 9 de agosto de 2012
¿Confías en mi?
La destrozaste. No dejaste ni una mísera viruta.
La confianza es como la goma de borrar, por cada error que cometes, se hace más pequeña.
¿Cuántas oportunidades te di? No mientas y digas que pocas, no vayas comiéndole la oreja a la gente, diciéndole que la mala del cuento fui yo, porque sabes que no es así.
Que bonito era todo lo que decías, que bonito lo pintabas todo, que perfecto.
Si todas aquellas palabras, hubieran sido de verdad, todo hubiera sido mejor.
Me llamabas con la esperanza de que ese día, te dijera "te quiero", pero sabías que no lo iba a hacer. Lo repetías una y otra vez, esperando que después lo dijera yo, que te lo gritara, que lo dijera en alto, que lo supieran todos.
Todavía no sé porque te importaba tanto eso, no me arrepiento de no habértelo dicho, aunque admito que lo pensaba, que en mi mente pasa una y otra vez.
- Voy a preguntarte una cosa.
+ Claro, dime.
- ¿Confías en mi?
+ Sí.
- Pues entonces, ya nada más importa.
La confianza es como la goma de borrar, por cada error que cometes, se hace más pequeña.
¿Cuántas oportunidades te di? No mientas y digas que pocas, no vayas comiéndole la oreja a la gente, diciéndole que la mala del cuento fui yo, porque sabes que no es así.
Que bonito era todo lo que decías, que bonito lo pintabas todo, que perfecto.
Si todas aquellas palabras, hubieran sido de verdad, todo hubiera sido mejor.
Me llamabas con la esperanza de que ese día, te dijera "te quiero", pero sabías que no lo iba a hacer. Lo repetías una y otra vez, esperando que después lo dijera yo, que te lo gritara, que lo dijera en alto, que lo supieran todos.
Todavía no sé porque te importaba tanto eso, no me arrepiento de no habértelo dicho, aunque admito que lo pensaba, que en mi mente pasa una y otra vez.
- Voy a preguntarte una cosa.
+ Claro, dime.
- ¿Confías en mi?
+ Sí.
- Pues entonces, ya nada más importa.
Quizás esta vez, sea diferente.
Y vienen uno tras otro, los veo venir y no me detengo a pensar en las cosas buenas y malas para mi.
Cuando me doy cuenta, ya están dentro de mi vida, dándole patadas a todo lo que encuentran y destrozándolo sin mi permiso.
Está claro, que cuando quiero arreglarlo, es demasiado tarde.
Desde que se fue el último, he estado de reformas, arreglándolo todo, cada pieza que quedó destruida dentro de mi.
Parece que todo vuelve a estar en orden y abrí de nuevo las puertas. Quizás no debería haberlo hecho nunca, porque no tardó en venir el siguiente.
- ¿Por qué siempre buscas una excusa para que me vaya?
+ Todos se van siempre, lo destrozan todo, ahórrame el tiempo de verte venir.
- Está vez es distinto.
+ Eso dicen todos, ¿qué lo hace diferente ahora?
- Que cuando pienso en mis planes de futuro, en todos, estás tú.
Cuando me doy cuenta, ya están dentro de mi vida, dándole patadas a todo lo que encuentran y destrozándolo sin mi permiso.
Está claro, que cuando quiero arreglarlo, es demasiado tarde.
Desde que se fue el último, he estado de reformas, arreglándolo todo, cada pieza que quedó destruida dentro de mi.
Parece que todo vuelve a estar en orden y abrí de nuevo las puertas. Quizás no debería haberlo hecho nunca, porque no tardó en venir el siguiente.
- ¿Por qué siempre buscas una excusa para que me vaya?
+ Todos se van siempre, lo destrozan todo, ahórrame el tiempo de verte venir.
- Está vez es distinto.
+ Eso dicen todos, ¿qué lo hace diferente ahora?
- Que cuando pienso en mis planes de futuro, en todos, estás tú.
martes, 7 de agosto de 2012
Mis webs.
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Puedo sentir cómo me estás olvidando.
Dicen que el tiempo no mata a nadie, pero eso no es cierto. Nos mata, lentamente.
A medida que va pasando mi vida me doy cuenta de todo lo que siento. Siento que el cielo está demasiado lejos de las palmas de mis manos. Siento que cada vez que veo una estrella, todavía te acuerdas de mi.
- Mira, allí hay una estrella.
+ ¿Sabes? no sé que tienen las estrellas, pero cada vez que las veo, me acuerdo de ti.
Quizás sienta que todo está más cerca de lo que parece, hablo del futuro a largo plazo, pero quizás sea un presente un poco alejado.
El pasado, siempre será pasado, y el futuro será futuro, el presente tú lo eliges y tú decides como vivirlo, pero sobre todo eliges cuanto tiempo va a durar.
Cambia tu presente a pasado y vive el futuro ahora mismo.
Siento tantas cosas ahora mismo, que puedo sentir cómo me estás olvidando.
A medida que va pasando mi vida me doy cuenta de todo lo que siento. Siento que el cielo está demasiado lejos de las palmas de mis manos. Siento que cada vez que veo una estrella, todavía te acuerdas de mi.
- Mira, allí hay una estrella.
+ ¿Sabes? no sé que tienen las estrellas, pero cada vez que las veo, me acuerdo de ti.
Quizás sienta que todo está más cerca de lo que parece, hablo del futuro a largo plazo, pero quizás sea un presente un poco alejado.
El pasado, siempre será pasado, y el futuro será futuro, el presente tú lo eliges y tú decides como vivirlo, pero sobre todo eliges cuanto tiempo va a durar.
Cambia tu presente a pasado y vive el futuro ahora mismo.
Siento tantas cosas ahora mismo, que puedo sentir cómo me estás olvidando.
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