Me preguntaba que cuando sabría que todo va mal. Me refiero a que algo falla, que algo no está en su lugar.Miraba una y otra vez por la ventana buscando la respuesta o una nube que pareciera una carita sonriendo.
Volvía a la cama y me ocultaba bajo las sábanas. Desde siempre ha sido el único lugar en el que me sentía segura, me sentía bien conmigo misma.
Ese lugar en el que estiro la pierna hacía los lados, y nunca hay nadie.
Seguía pensando, todavía tumbada en la cama, dando vueltas hacía un lado y hacía otro sin poder pegar ojo. Los minutos iban pasando, al igual que las horas. Los primeros rayos de luz entraban atrevidos por las ranuras de mi persiana.
Suspiré y en ese momento me di cuenta, supe que algo iba mal. Vivo en mi propia historia, una historia que no es mi vida y tan solo lo hago para creer que soy feliz.
Solo en mi historia consigo alcanzar esa felicidad, solo en mi historia, estiro la pierna en la cama y toco algo, me giro y ahí está, la razón de mi sonrisa, mañana, tarde y noche. Solo en mi historia, la gente no me crítica con solo saber mi nombre ni me sonríen a la cara y hablan mal de mi por detrás.
En esa historia me invento una vida, mi propia vida.
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