jueves, 13 de septiembre de 2012

Nos dimos cuenta demasiado tarde.

Todo empezó siendo una tontería, pero los dos sabemos que acabó siendo mucho más que eso.
Te encantaba picarme y susurrarme cerca de los labios que no me ibas a besar, que me quedaría con las ganas y a mi me encantaba robarte un beso justo antes de irme.
Adoraba esa sonrisa que me ponías cuando te miraba de reojo y me negaba a hablarte y tu adorabas abrazarme cuando no podía aguantar ni una cosa más.
Me acostumbré a ese pelo que siempre se te quedaba tieso y que nunca conseguíamos bajar, por otro lado, tu te acostumbraste a que te estuviera preguntando constantemente lo guapa que estaba.
Dormíamos pegados a la ropa que habíamos llevado durante el día, y simplemente lo hacíamos para recordar la colonia del otro.
Empezó siendo una cosa de adolescentes, un lío que no iba a llevarnos a nada más.
Pero me di cuenta de lo contrario cuando los dos sabíamos toda la vida del otro, empecé a darme cuenta de que había algo más cuando te echaba de menos cada segundo, cuando escuchaba esa canción que me pasaste hasta quedarme dormida.
En tu caso, te diste cuenta de que había algo más, cuando sentiste que ninguna otra te había querido tanto como lo estaba haciendo yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario