No sé que fue exactamente lo que me pasó, me dio el bajón, así, como de repente.
Ni siquiera dudé un momento en tumbarme en la cama, ponerme los cascos y perderme en la música. La subí, la subí muy fuerte, hasta que sonara más fuerte que mis problemas, pero aún así, los escuchaba.
Me paré a pensar en momento en todas esas cosas que me caracterizan. No soy para nada perfecta, pero algo debo de tener.
Me gusta aislarme y estar sola, apartada de la gente, pero también me gusta que estén conmigo de vez en cuando y me escuchen. Quizás mi primera manía me aparta tajantemente de la segunda.
Se paró por unos segundos la canción, pero no tardó demasiado en empezar la siguiente.
Seguí pensando en todas esas cosas que me habían llevado hasta aquel bajón.
Tan solo soy una adolescente que todavía no sabe nada de la vida. En un principio yo misma sabía lo que valía, sabía todo el potencial que podía dar de mi, pero a estas alturas no sé ni quien soy, me habrán dicho tantas veces que soy una "mierda", que quizás ya me haya convertido en ella realmente.
Siguieron pasando las canciones, una tras otra, casi sin darme cuenta, de repente, empezó a sonar Everything you do - He is we.
Dejé de pensar, ya no lo necesitaba.
Miraba por la ventana he imaginaba todas esas cosas que me gustaría hacer en aquel mismo momento. En lo mucho que me gustaría encontrar a esa persona que consiguiera completarme. Imaginar que en la cama hay alguien más aparte de mi. Acurrucarme y sonreír sin más.
Acabó la canción y vuelta a empezar.
Aquello era llorar por llorar. Y es así como después de minutos y minutos sin dejar de hacerlo, me dormí. Aquella noche, me dormí llorando.
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