jueves, 16 de agosto de 2012

Porque tú eres mucho mejor.

Entró sin avisar en su habitación. Escuchaba sus sollozos desde la puerta y suspiró pensando que no había sido el mejor momento. Una vez dentro, ya no podía volver hacía atrás.
Se acercó hacía ella y la abrazó por detrás besando con extremada suavidad su cuello.

-Ey, ¿por qué lloras? estás más bonita sonriendo.

Al escuchar su voz, cortó de inmediato sus sollozos e intentó dibujar en sus labios una tímida sonrisa.

+No sabía que estabas aquí, perdona.
-No hay nada que perdonar, dime que pasa.

Aquella joven siempre había tenido sus complejos, pero nadie les había dado su verdadera importancia. No le gustaba llorar en público y se encerraba la mayoría de las veces para ver como lloraba frente a un espejo.
Era bonita, muy bonita, pero esta sociedad la infravaloraba.
Quizás no tuviera el cuerpo más atractivo de la ciudad, pero su mirada y su sonrisa, eran capaces de enamorar a cualquiera.

+Jamás seré como ellas.
-Nunca, ¿sabes por qué?
+¿Por qué? ¿por qué ellas son bonitas?
-No, porque tú eres mucho mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario