domingo, 1 de julio de 2012

Yo y mis manías.

Al igual que todos vosotros y vosotras, tengo defectos. Quizás más defectos que virtudes, pero no es algo que llegue a importarme realmente.
Sé que no soy perfecta, por esa razón, tengo mis manías, pero puedo contártelas si quieres.
Mi mayor manía es abrazar cada vez que tengo oportunidad, besar los labios que no soporto ver más de dos segundos sin los míos encima. Despertarme un cuarto de hora antes de lo normal solo para mirar si en la pantalla de mi móvil aparece tú nombre, y si no es así, girarme y esperar a que las lágrimas aparezcan solas por mis mejillas.
También tengo la manía de cambiar mucho de sitio, sentarme en la silla y segundos después en el suelo. Pasarme al escritorio y tras cansarme, a la cama.
Odio que me griten, pero otra de mis manías es levantar el tono de la voz con increíble facilidad.
Adoro que me acaricien, pero la manía es que no lo hagan en el cuello, me estremezco y me sale una risa tonta, bastante odiosa.
Tengo la curiosa manía de echarte de menos cuando ya no estás. De pensar que fui algo para ti. Pero sobre todo, tengo la manía de seguir queriéndote incluso cuando no te lo mereces.

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