Llegas a casa y sin más, te vas a tu cuarto para encerrarte después de una tarde por ahí con tus amigos, no piensas en nada más que ponerte música y tumbarte en la cama para pensar en cosas que a veces son mejor no pensar pero siguen rondando por tu cabeza. Piensas en lo que pasó ayer, eso tan gracioso con tus amigos que todavía te hace reír o lo que puede pasar mañana, así día tras día y al darte cuenta, ya han pasado cinco canciones desde la primera. Siguiente canción. Sonríes, es tu canción favorita y sin duda empiezas a tararearla y sin querer tu pie empieza a llevar el ritmo.
Cierras los ojos y piensas en todo lo que está pasando y en lo mucho que está cambiando tu vida. Piensas en el miedo que te da perder a los amigos de antes y claro, te cae una lágrima al pensar en los compañeros que tienes ahora, te das cuenta de que no encajas entre ellos, y sabes perfectamente que te vas a sentir sola, apartada de los demás.
Piensas en el tiempo que vas a tener que estar así, y todavía lloras más.
Miras por la ventana, como si alguien fuera a entrar y te fuera a ayudar a seguir adelante.
Acaba la canción y todo se queda en silencio, oyes a los pájaros piar y a tu perro llorando porque se ha quedado encerrado en la terraza.
Te levantas rápidamente y te asomas por la ventana riendo, mientras tu perro empieza a mover la cola y a ladrar porque sabe que vas a abrirle la puerta.
Vuelves a la habitación y te tumbas otra vez en la cama, pero esta vez sin música, en silencio.
Te aburres y decides encender el ordenador para que con un poco de suerte, alguien te dé una buena noticia y nada más encenderlo y ponerte al messenger, te llega un mensaje de él, saludandote como todos los días y en ese mismo instante es en el que te aparece una sonrisa en la cara, una estúpida sonrisa que consigue que olvides la mierda de día que has tenido, la mierda de clase que te ha tocado y la mierda de año que te espera.
Y entonces el te pregunta: "¿cómo estas?", y tú le dices que bien, aunque estás fatal, pero lo haces porque gracias a él, las cosas se te olvidan por momentos.

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