sábado, 29 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Hay palabras que duelen más que cuchillos.
¡TÚ! ¡SÍ, SÍ, TÚ!
Ves ahora a esa pobre chica y dile lo fea y lo gorda que está. Dile que no anda, que rueda, que da manía y que sus grasas no te dejan mover con tranquilidad por el pasillo de tu colegio.
Dile a la otra chica del fondo, que es fea por llevar esas gafas, ríete en su cara y dile el asco que te da cada vez que la miras por esos granitos de acné que le han salido esta última semana.
Corre y dile a la chica que acaba de entrar, que está extremadamente delgada, dile que existe la comida y que si la tocas probablemente se rompa.
Ahora después de esto, ves al chico de la clase de enfrente y tírale los libros al suelo, escupele y dile que es un friki, que no le soportas y que se vaya a su ordenador.
Al tocar el timbre, espera en la puerta a aquel pobre chico al que insultaste y no te contestó. Agárralo por el cuello y pégale una paliza, fuerte.
Después de todo esto, cuando vayas a tu casa y tu madre te pregunte que qué tal el día, tu contestarás que bien, que mejor no te ha podido ir, mientras que todas esas personas a las que has estado humillando y maltratando durante todo el día, llegaran a sus casas con los ojos humedecidos por las terribles ganas de llorar. Llegaran sin apetito y sin ganas de saber del mundo.
Habrás hecho que no se relacionen con sus familiar, que se miren al espejo y se insulten ellos mismos, que inconscientemente crean que se merecen todo lo que les has hecho.
Al día siguiente, cuando vayas a clase, verás que ninguna de las tres chicas están y que los dos chicos aquellos, tampoco han aparecido.
Verás a los profesores llorar por los pasillos y a la mayoría de la gente en estado de shock.
Preguntaras una y otra vez que es lo que ha ocurrido y te acabaran diciendo, que esas 5 personas se suicidaron ayer por la noche.
Pararás un momento y espero que te des cuenta de que antes de abrir la boca, debes pensar.
Porque lo que para ti son palabras o insultos "graciosos" a otras personas, pueden cambiarles la vida o incluso acabar con ella.

Dile a la otra chica del fondo, que es fea por llevar esas gafas, ríete en su cara y dile el asco que te da cada vez que la miras por esos granitos de acné que le han salido esta última semana.
Corre y dile a la chica que acaba de entrar, que está extremadamente delgada, dile que existe la comida y que si la tocas probablemente se rompa.
Ahora después de esto, ves al chico de la clase de enfrente y tírale los libros al suelo, escupele y dile que es un friki, que no le soportas y que se vaya a su ordenador.
Al tocar el timbre, espera en la puerta a aquel pobre chico al que insultaste y no te contestó. Agárralo por el cuello y pégale una paliza, fuerte.
Después de todo esto, cuando vayas a tu casa y tu madre te pregunte que qué tal el día, tu contestarás que bien, que mejor no te ha podido ir, mientras que todas esas personas a las que has estado humillando y maltratando durante todo el día, llegaran a sus casas con los ojos humedecidos por las terribles ganas de llorar. Llegaran sin apetito y sin ganas de saber del mundo.
Habrás hecho que no se relacionen con sus familiar, que se miren al espejo y se insulten ellos mismos, que inconscientemente crean que se merecen todo lo que les has hecho.
Al día siguiente, cuando vayas a clase, verás que ninguna de las tres chicas están y que los dos chicos aquellos, tampoco han aparecido.
Verás a los profesores llorar por los pasillos y a la mayoría de la gente en estado de shock.
Preguntaras una y otra vez que es lo que ha ocurrido y te acabaran diciendo, que esas 5 personas se suicidaron ayer por la noche.
Pararás un momento y espero que te des cuenta de que antes de abrir la boca, debes pensar.
Porque lo que para ti son palabras o insultos "graciosos" a otras personas, pueden cambiarles la vida o incluso acabar con ella.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Soy la chica invisible.

Si no sabéis quien soy, yo os lo cuento.
Soy la chica que está en clase y cuando te preguntan por ella no sabes muy bien quien es. Soy la chica que entra y sale de clase y a nadie parece importarle. Soy la chica que levanta la mano en clase y nunca le dan turno para hablar. La que hace los deberes y jamás lo valoran.
Soy aquella chica que apenas se relaciona con los compañeros de clase. Esa tímida chica que no soporta salir a la pizarra y cuando le preguntan algo se pone muy roja.
Una chica a la que le encanta escuchar a la gente e intentar ayudar en todo lo posible.
Soy esa chica que se ríe desde la puerta del instituto y la oyen hasta en la última clase. La chica que empieza a comerse el bocadillo del recreo despacio y se lo tiene que acabar entrando en clase.
La chica que pone mala cara, cuando entra la profesora que le cae mal por la puerta.
La chica que no aguanta más de 5 minutos sin hablar y mirar a todo su alrededor.
Soy aquella chica, que algunos denominan como chica invisible.
viernes, 14 de septiembre de 2012
¿Mejor de esta manera?
"Mira, vamos a plantearlo de esta manera: para mí tú eres el número uno, y ni siquiera hay un número dos."
Revivir la época en la que era feliz y no lo sabia.
Dicen que las cosas se arreglan con el tiempo, y tú, no te llamas 'tiempo', así que, ¿por qué siempre intentas arreglar lo nuestro?
Sé que nadie nos ha dicho que esto es el final, que no es un punto y seguido ni punto y aparte.
Tú sabes mejor que nadie que no soy la típica chica fácil de encontrar, sabes perfectamente que como yo, nadie tiene tantos defectos.
¿Por qué lo sigues intentando? Te dije una vez que no y no te rendirás hasta escucharlo por segunda vez.
Puedo jurarte que te quise con todas mis fuerzas, lo hubiera dado todo por ti, pero ahora ya es demasiado tarde.
Siempre que estaba contigo, te sacaba una cosa u otra, que si no me gustaba, esto que si no me gustaba aquello...A día de hoy, me doy cuenta de todas esas cosas y me gustaría poder volver al pasado, no para cambiar cosas, pero si para revivir la época en la que era feliz y no lo sabia.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Nos dimos cuenta demasiado tarde.

Te encantaba picarme y susurrarme cerca de los labios que no me ibas a besar, que me quedaría con las ganas y a mi me encantaba robarte un beso justo antes de irme.
Adoraba esa sonrisa que me ponías cuando te miraba de reojo y me negaba a hablarte y tu adorabas abrazarme cuando no podía aguantar ni una cosa más.
Me acostumbré a ese pelo que siempre se te quedaba tieso y que nunca conseguíamos bajar, por otro lado, tu te acostumbraste a que te estuviera preguntando constantemente lo guapa que estaba.
Dormíamos pegados a la ropa que habíamos llevado durante el día, y simplemente lo hacíamos para recordar la colonia del otro.
Empezó siendo una cosa de adolescentes, un lío que no iba a llevarnos a nada más.
Pero me di cuenta de lo contrario cuando los dos sabíamos toda la vida del otro, empecé a darme cuenta de que había algo más cuando te echaba de menos cada segundo, cuando escuchaba esa canción que me pasaste hasta quedarme dormida.
En tu caso, te diste cuenta de que había algo más, cuando sentiste que ninguna otra te había querido tanto como lo estaba haciendo yo.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Fuck society.
Estoy harta, HARTA, de tanta perfección. O quizás debería decir, de tanta "perfección". ¿Qué es esto? Hace unos días estuve hablando con una chica que me contó que se reían de ella por llevar una 46 de pantalón. No encontraba pantalones de su talla en tiendas típicas como Pimkie, Pull and Bear, Sfera, Mango...etc, y por lo tanto tenía que llevar pantalones más de mujer mayor.
Por ese simple hecho, ella casi ni se podía mirar al espejo, no soportaba ser quien era.
Y yo me pregunto, ¿Quién dice dónde está la belleza? ¿Quién dice que es bonito y que no?
Yo llevo una talla 40 de pantalón y a veces, me cuesta encontrar pantalones, ¿se dan cuenta de la sensación que producen en adolescentes como nosotras?.
Es el miedo al rechazo de la sociedad, a quedarte sola tan solo por no gustar a los demás, por no llevar una 36 o 38.
¿Pero sabéis qué? esto va por todas aquellas chicas que os sintáis mal con vosotras mismas o no os gusta vuestro cuerpo.
Miraros al espejo, observaros, sois preciosas, todas, sin distinciones, morenas, rubias, pelirrojas, castañas, con pecas, sin pecas, con más pierna o con más tripa, con el pelo más largo o corto, más alta o más baja, con gafas o sin ellas, sois preciosas, SONREÍR, porque ni siquiera la sociedad puede arrebataros algo que el mundo no se puede perder.
Por ese simple hecho, ella casi ni se podía mirar al espejo, no soportaba ser quien era.
Y yo me pregunto, ¿Quién dice dónde está la belleza? ¿Quién dice que es bonito y que no?
Yo llevo una talla 40 de pantalón y a veces, me cuesta encontrar pantalones, ¿se dan cuenta de la sensación que producen en adolescentes como nosotras?.
Es el miedo al rechazo de la sociedad, a quedarte sola tan solo por no gustar a los demás, por no llevar una 36 o 38.
¿Pero sabéis qué? esto va por todas aquellas chicas que os sintáis mal con vosotras mismas o no os gusta vuestro cuerpo.
Miraros al espejo, observaros, sois preciosas, todas, sin distinciones, morenas, rubias, pelirrojas, castañas, con pecas, sin pecas, con más pierna o con más tripa, con el pelo más largo o corto, más alta o más baja, con gafas o sin ellas, sois preciosas, SONREÍR, porque ni siquiera la sociedad puede arrebataros algo que el mundo no se puede perder.
jueves, 6 de septiembre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
lunes, 3 de septiembre de 2012
Una vida que no es la mía.

Miraba una y otra vez por la ventana buscando la respuesta o una nube que pareciera una carita sonriendo.
Volvía a la cama y me ocultaba bajo las sábanas. Desde siempre ha sido el único lugar en el que me sentía segura, me sentía bien conmigo misma.
Ese lugar en el que estiro la pierna hacía los lados, y nunca hay nadie.
Seguía pensando, todavía tumbada en la cama, dando vueltas hacía un lado y hacía otro sin poder pegar ojo. Los minutos iban pasando, al igual que las horas. Los primeros rayos de luz entraban atrevidos por las ranuras de mi persiana.
Suspiré y en ese momento me di cuenta, supe que algo iba mal. Vivo en mi propia historia, una historia que no es mi vida y tan solo lo hago para creer que soy feliz.
Solo en mi historia consigo alcanzar esa felicidad, solo en mi historia, estiro la pierna en la cama y toco algo, me giro y ahí está, la razón de mi sonrisa, mañana, tarde y noche. Solo en mi historia, la gente no me crítica con solo saber mi nombre ni me sonríen a la cara y hablan mal de mi por detrás.
En esa historia me invento una vida, mi propia vida.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Nada ni nadie se interpuso en sus caminos.
Estaban en el coche, de camino al centro de la ciudad. Él, le acababa de decir que está enamorado de ella, y ella, le acababa de corresponder. Ninguno de los dos sabía muy bien que decir dentro de aquel coche. Miraban por la ventana y después se miraban entre ellos, limitándose a sonreír.
Por fin, él fue el que decidió romper aquel incomodo silencio.
- ¿Qué te apetece hacer ahora?
+ La verdad es que no lo sé.
Ella no le miraba a los ojos, mientras que él solo le intentaba buscar la mirada.
- ¿Sabes lo que me apetece hacer a mi?
+ A ver, dime.
- Me apetece tumbarnos en algún lado, abrazarnos, besarnos y acariciarnos.
Aquello la había dejado sin palabras, quizás no buscaba lo mismo que todos, quizás la quería de verdad. Eran amigos desde hace mucho tiempo y todo aquello le había pillado por sorpresa, pero ahora eran novios y tenía que aclarar bien sus sentimientos.
+ Vaya, me parece una genial idea, podemos ir a mi casa, no hay nadie.
- Eso si que es una genial idea.
Se limitaron a sonreír de nuevo, mientras él conducía prudentemente hacía la casa de su actual novia. No se lo podía creer, aquella chica, ahora, era su novia. La quería, la quería con todas sus fuerzas y no iba a dejar, que nada ni nadie, se interpusiera en su camino.
Al llegar a casa, se pusieron cómodos, se tumbaron en el sofá, ella encima de él y como bien había propuesto, se abrazaron durante minutos, se besaban con tantas ganas que se destrozaron los labios. Solo había miradas de complicidad y caricias que decían que todo iba a salir bien.
- ¿Sabes una cosa?
+ No, dímela.
- Antes, cuando solo eramos amigos, me parecía increíble todo lo que hacías, tú forma de andar, de hablar, de respirar. Me parecía increíble mirarte a los ojos. Si todo eso me parecía tan increíble, imagínate lo que he sentido al besarte por primera vez.
De nuevo se había quedado sin palabras. ¿Cómo no se había fijado antes en él?. Ahora estaba segura de todo. Le quería, le quería para ella, solo y únicamente para ella y no iba a dejar, que nada ni nade, se interpusiera en su camino.
- ¿Qué te apetece hacer ahora?
+ La verdad es que no lo sé.
Ella no le miraba a los ojos, mientras que él solo le intentaba buscar la mirada.
- ¿Sabes lo que me apetece hacer a mi?
+ A ver, dime.
- Me apetece tumbarnos en algún lado, abrazarnos, besarnos y acariciarnos.
Aquello la había dejado sin palabras, quizás no buscaba lo mismo que todos, quizás la quería de verdad. Eran amigos desde hace mucho tiempo y todo aquello le había pillado por sorpresa, pero ahora eran novios y tenía que aclarar bien sus sentimientos.
+ Vaya, me parece una genial idea, podemos ir a mi casa, no hay nadie.
- Eso si que es una genial idea.
Se limitaron a sonreír de nuevo, mientras él conducía prudentemente hacía la casa de su actual novia. No se lo podía creer, aquella chica, ahora, era su novia. La quería, la quería con todas sus fuerzas y no iba a dejar, que nada ni nadie, se interpusiera en su camino.
Al llegar a casa, se pusieron cómodos, se tumbaron en el sofá, ella encima de él y como bien había propuesto, se abrazaron durante minutos, se besaban con tantas ganas que se destrozaron los labios. Solo había miradas de complicidad y caricias que decían que todo iba a salir bien.

+ No, dímela.
- Antes, cuando solo eramos amigos, me parecía increíble todo lo que hacías, tú forma de andar, de hablar, de respirar. Me parecía increíble mirarte a los ojos. Si todo eso me parecía tan increíble, imagínate lo que he sentido al besarte por primera vez.
De nuevo se había quedado sin palabras. ¿Cómo no se había fijado antes en él?. Ahora estaba segura de todo. Le quería, le quería para ella, solo y únicamente para ella y no iba a dejar, que nada ni nade, se interpusiera en su camino.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Adolescencia, querida adolescencia.

Dime, ¿alguna vez?

El primer amor.
El primer amor
no es la primera persona que te gustó, ni tampoco la primera persona que fue tu
novio/a. El primer amor es esa persona por la cual sentiste cosas imaginables,
la primera persona por la cual hiciste cosas que jamás pensaste qué harías, esa
persona que amaste con locura, esa persona que te hiso feliz con una mirada,
con su sonrisa o con tan solo su presencia… esa persona con quien te imaginabas
la vida entera ; esa persona que quizás nunca llamaste ”novio/a”, pero hizo
mas y logro más de lo que otras personas podrán lograr justamente; esa persona
fue tu primer amor, y aunque a veces sientas que no hizo las cosas
correctamente siempre va a estar muy presente, supongo que la superaras pero no
la olvidaras nunca.
Quédate y hazme caso.
Quédate con quien prefiera estar un sábado en tu casa, que bebiendo alcohol en una fiesta. Quien prefiera tomar tu mano, que tener un cigarro. Quédate con quien sepa estar sin ti, pero prefiera estar contigo. Con quien te enamore con hechos, no con palabras. Quédate con quien te valore, no con quien te ilusione. Quédate con quien valga la alegría, no la pena.
Ahí estás.
Te cansaste de intentar. Pero sigues allí, porque hay algo que te susurra todos los días, que las cosas algún día van a cambiar.
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