jueves, 26 de abril de 2012

No sabes cuando puede acabar.

Me he dado cuenta, por fin, de que las cosas que empiezan, siempre acaban. Quizás no te guste, pero debes tomar la decisión, de acabar, de empezar, de seguir o de aceptar que ni se puede acabar,ni empezar ni seguir hacía ningún lado. Pensar en que aquello iba a salir bien, era muy fácil, quizás demasiado. Pensé en estar toda la vida a su lado, incluso pensé en que si fuéramos mayores, nos podríamos casar, y tener hijos...¿Para qué?, eso también es llamado el castillo que se rompe, tú te ilusionas, y el propio tiempo lo destroza todo, sin más, sin venir a cuento. No fue tu culpa, pero tampoco fue la mía. No lo hiciste queriendo, al igual que yo tampoco lo hice a posta. Ninguno de los dos teníamos las cosas claras, ya que somos jóvenes, pero primero viene uno, y después otro. No me voy a quedar sin amar, sin sentir cariño, sin querer a alguien, sin morirme de ganas por un beso, un abrazo, una caricia, una llamada, un mensaje. Escribí tú nombre, hasta en mi piel, tenía mi habitación rodeada de fotos tuyas, mi carpeta...mi ordenador, el móvil, todo. ¿Y qué? ¿Por eso hemos durado más? Que va, ni mucho menos. Eran muchas las cosas que iban en nuestra contra, pero sé que algún día encontraré a alguien, que me vuelva a dar todo lo que tú, intentaste darme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario